sus protestas murieron en su garganta tan pronto como nacieron; dejándolo arrinconado contra el abrumar por un mañana que podría no existir.. si no arrancaba el enfoque negativo a hiroaki desde la raíz, por supuesto. no había otra alternativa de un universo diferente que no fuera ese; o los dos morían, sobrevivían, o solo uno lograba retomar a duras penas su vida.
por eso poseía.. miedo.
no iba a poder empeñarse en otra cosa si no era en el labor de auxiliar a su compañero. esas actitudes lo podrían llevar a la tumba de parte de externos y el ilustrador no podría soportar eso ni en sus peores pesadillas, ni ese hecho ni la carga que habría después de un posible asesinato al diseñador.. ya no podría haber búsqueda de un nuevo cariño si ya se había apegado tanto.
— no, es todo lo contrario. — musitó algo estresado; su objetivo no era lastimarlo en absoluto, si no dejar en evidencia a los demás que el castaño no era tan malo como lo pintaban a ser.. o grosero, al menos eso le sugiere su subconsciente qué seria el plan ideal.
pero entonces su ceño se frunce cuando se le pide su coartada en un asunto gravemente.. cotidiano, tal como la queja que resuena como muestra del recelo adverso. esto hace que el peliazul le dirija una mirada que no se podía descifrar si era de cansancio o confusión por los versos recitados; ¿él qué tenía que ver?
— ¿qué sabría yo..? además, ¿mi puerta? — su perfil señaló la sala impropia donde los dotes artísticos se desarrollaban: antes de rodar los orbes, suspirando mientras procuraba aconsejarlo sin provocar un alboroto.. solo para relajar el ambiente. — deberías tranquilizarte más y dejar de ser tan defensivo con todos.. entiendo las circunstancias, pero me preocupas. —