ㅤ────── ... caín, caín, caín. /canturrea en susurros; la suavidad en su tono de voz notable, con una dulzura inocente comúnmente contraria a ella, repitiendo el nombre ajeno como plegaria. su voz eca tras el susodicho, las manos propias deslizándose desde los tensos hombros ajenos lentamente hasta su pecho, recargando cuidadosamente su peso contra él. un torpe abrazo, agradeciendo la posición por permitirle sellar con sus labios un dulce beso tras la oreja contraria. sus propios pómulos enrojecen carmín ardiente aún siendo su accionar el «desvergonzado»; aún en otro lugar, aún bajo latentes identidades nuevas; él, su caín, sea paciente o estudiante, será siempre el mismo responsable de acelerar su pulso sin mover un músculo。¿cuánto llevas encerrado aquí? es tardísimo, vas a acabar soñando con guillotinas y ejecuciones públicas... además, uh, la cama es fría si no estás.