Es tan frustrante cuando no puedes expresar lo que sientes. Y mucho más cuando intentas aclarar las cosas pero hacen oídos sordos. Hablar contigo es como hablar con la pared, y estoy segura de que si me hubieras escuchado el desenlace sería diferente. Pero no quisiste que quedáramos en buenos términos. Es triste cuando una relación lectora-autora termina de esta manera y lo es más cuando pasas del coraje a la decepción.