/con un notorio destello alumbrando mis orbes, acuno de forma tan delicada el rostro angelical de mi amada, y me encargo de admirar cada mínimo razgo facial de los que es poseedora. me pierdo en sus galaxias con un tono color miel, y acto seguido estampo mi boca lentamente contra esos rosáceos bermellones que me enloquecen.