La erosión cultural que caracteriza a la sociedad capitalista actual se manifiesta, por ejemplo, en que los autores más traducidos y más leídos en el mundo escriben en inglés, y la mayor parte de esos autores (como Stephen King) han escrito libros basura, es decir, textos que no aportan nada ni al conocimiento ni al arte sino que son productos comerciales desechables sin ninguna utilidad duradera, tales como novelas tontas, ciencia-ficción de pésima calidad, recetas de cocina o técnicas para adelgazar.