Dios mío, porfavor en serio, DÉJAME PENETRARTE. Literalmente he visto todas tus fotos existentes, desde las que subiste a tu Instagram, las que están en el fondo de tu galería y las que te tomaron los agentes de la CIA que contraté para que te tomaran fotos en la calle, cuando te estabas bañando a través de tu ventana y cuando estabas durmiendo con esas sábanas amarillas de Winnie Pooh, y todas ellas han tenido el mismo efecto en mí: me he corrido y masturbado descontroladamente, incluso con esas fotos de tus pies sucios de barro, porque imagine que es mi mierdas después de que los usaras en mi pija y en mi orto y no sabes como me encantó que terminé en el hospital por 4 semanas de la cantidad de veces que me masturbé. Solo quiero introducir mi colosal miembro dentro de tu apretado sistema excretor una y otra vez hasta quedarme estéril o que mi pija se parte y se quede atrapada dentro de ti (obviamente después de venirme 83 veces y dejarte el culo como las cataratas del Salto del Ángel en Venezuela), aunque prefiero esta última, para que yo pueda amarrarme un tronco donde antes estaba mi pija para volver a penetrarte hasta hacer una ensalada con tus intestinos y todos tus órganos vitales, y mientras conviertes ese dolor en placer, ponerte un micrófono dentro de la boca que mandé tus gemidos de puta directo a mi oído con audífonos conectados a ese micrófono a un 6000% de volumen normal hasta que me den nuevos tipos de cáncer auditivo.