¿Saben? Es increíble cómo la vida da mil vueltas y no puedes predecir nada. Al principio de año no sabía qué sería de mi vida. Tantos sueños, pero nada qué hacer con ellos. Estaba en la ruina, todos mis proyectos caídos en pedazos, quemados. Un año espantoso que terminó como temí, un fracaso absoluto. Pero seguí, fuerte, recuperándome del fango. Hoy las obligaciones se me salen de las manos y tantos proyectos que un día fueron sueños rebasan mis energías. Pero ¿saben? Estoy feliz. Tal vez estoy fallando en la puntualidad, tal vez no pueda publicar dos días a la semana, tal vez reescribir de nuevo capítulos demasiado pesados es una locura. Pero amo cada segundo, amo cada segundo de mi actual vida, amo los comentarios de las personas que sinceramente esperan las actualizaciones, y amo el hecho de que mis habilidades en todos los campos están mejorando. Sinceramente disculparme por mi impuntualidad ya no tiene sentido, ya la confianza en mis promesas es algo irrisorio; pero si no puedo prometer puntualidad con dos días a la semana, siempre, siempre, podré cumplir con una cosa: daré siempre mi mejor esfuerzo porque cada capítulo sea de lo mejor que pueda ofrecer.
¡Gracias por seguir ahí! Leyéndome incluso cuando mis promesas caen como las hojas de un árbol en otoño. No prometeré más fechas, solo una, los domingos, de esa manera puedo darles siempre contenido de calidad sin acabar enfermándome de estudiar, ahora, dos carreras en simultáneo, más todo lo que estudio por aparte.
Honestamente, gracias por acompañarme, y por favor, amen Huimang tanto como yo.