ִֶָ. `. ✒️ .. ࣪ ִֶָ་༘࿐ La chica fantasma no habló de inmediato, pues el silencio no le incomodaba; al contrario, lo reconocía como a un viejo amigo. Observó cómo aquella figura se acercaba, lenta, cuidadosa, como si cada paso fuera una pregunta formulada al suelo. No detectó hostilidad… pero sí una tristeza antigua, de esas que no se anuncian, solo pesan. Alzó la mirada hacia él, sosteniéndola sin desafío, pero sin bajar los ojos, sus manos se entrelazaron frente a su pecho, arrugando apenas la tela de su vestido, gesto pequeño que delataba que, pese a su calma, seguía siendo una joven aprendiendo a leer criaturas demasiado grandes para los cuentos comunes.
—Bueno, si este lugar no es tan malo —continuó—, es porque aún no ha decidido qué hacer con nosotros, o mejor dicho, no hemos decidido que hacer con él.—Dio un paso hacia adelante. No para invadir, sino para acortar la distancia narrativa, como quien se acerca al borde de una historia para escucharla mejor. La penumbra pareció acomodarse a su alrededor, no obediente, pero sí atenta.
Sus ojos recorrieron el rostro ajeno con detalle, deteniéndose en esa quietud extraña, en la manera en que su sonrisa parecía más un recuerdo que una expresión presente.
—Usted… —dudó un segundo, buscando la palabra correcta— no se siente como un susto recién nacido, más bien como algo que ha sido contado demasiadas veces… y aun así, nadie ha entendido del todo.
Inclinó la cabeza, curiosa.
—Si puedo de suponer cosas —añadió—, yo supondré que no vino aquí para asustar. —sus labios se curvaron apenas en una diminuta sonrisa, y le extendió ligeramente una mano, como invitación silenciosa.
—Vamos, caminar un poco no suele empeorar las historias. A veces, les da dirección.
Y sin esperar una respuesta inmediata, Frankelda dio medio giro, marcando un rumbo indefinido, dejando abierta la decisión: seguirla… o quedarse y convertirse en una página olvidada.
⫘⫘⫘⫘⫘⫘
@fb--softkokushibo