la conocí en mi pueblo (de mi pueblo sólo queda un puñado de cenizas), pero jamás vi en ella otro destino que el de una joven triste y pensativa, tanto fue así que hasta llegué a tratarla con el celeste nombre de maría, circunstancia que prueba claramente la exactitud central de mi doctrina. puede ser que una vez la haya besado, ¡quién es el que no besa a sus amigas!
  • JoinedSeptember 17, 2018