Dicen que ver el amanecer en la playa es lo más hermoso que puede haber y sí, es hermoso. Pero lo más hermoso que pude ver fuiste tu, caminando por la orilla mientras tus pies descalzos sentían la suavidad de la arena. Tenías un vestido blanco, muy sencillo, representando tu pureza, esa que tanto me enamora. Sonries como para alegrar a miles de personas, pero sólo buscas alegrar mis mañanas y te confieso que con esa mirada insaciable, me has hecho caer en tus más profundos encantos. Tan solo llevas segundos caminando y te he descrito tal cual como eres, perfecta. Así te ven mis ojos, por sí algún día deseas saber como te veo.
C.