isarisierra

En el susurro de la noche clara,  
          	bajo el manto de estrellas titilantes,  
          	dos almas se encuentran,  
          	como ríos que convergen en un mar distante.  
          	
          	La luna, testigo de sus miradas,  
          	ilumina el camino por donde caminan.  
          	Sus manos se entrelazan, cálidas y seguras,  
          	mientras el viento acaricia sus espinas.  
          	
          	Palabras suaves fluyen como un río,  
          	secretos compartidos entre risas y suspiros.  
          	El mundo se detiene, en su abrazo divino,  
          	y el tiempo se disuelve en un instante infinito.  
          	
          	El aroma de la noche, perfumes de vida,  
          	envuelven sus cuerpos, el amor se anida.  
          	Bajo el cielo estrellado, la pasión se enciende,  
          	cada latido es un eco que nunca se siente.  
          	
          	Los sueños flotan en el aire estrellado,  
          	sus corazones laten en un compás delicado.  
          	Y en esa danza de sombras y luces,  
          	se prometen un futuro donde el amor no se induce.  
          	
          	Así, dos personas que se aman en la noche,  
          	construyen un refugio donde el alma se despoche.  
          	En cada mirada, en cada momento,  
          	se funden en uno, se abrazan al viento.  

isarisierra

En el susurro de la noche clara,  
          bajo el manto de estrellas titilantes,  
          dos almas se encuentran,  
          como ríos que convergen en un mar distante.  
          
          La luna, testigo de sus miradas,  
          ilumina el camino por donde caminan.  
          Sus manos se entrelazan, cálidas y seguras,  
          mientras el viento acaricia sus espinas.  
          
          Palabras suaves fluyen como un río,  
          secretos compartidos entre risas y suspiros.  
          El mundo se detiene, en su abrazo divino,  
          y el tiempo se disuelve en un instante infinito.  
          
          El aroma de la noche, perfumes de vida,  
          envuelven sus cuerpos, el amor se anida.  
          Bajo el cielo estrellado, la pasión se enciende,  
          cada latido es un eco que nunca se siente.  
          
          Los sueños flotan en el aire estrellado,  
          sus corazones laten en un compás delicado.  
          Y en esa danza de sombras y luces,  
          se prometen un futuro donde el amor no se induce.  
          
          Así, dos personas que se aman en la noche,  
          construyen un refugio donde el alma se despoche.  
          En cada mirada, en cada momento,  
          se funden en uno, se abrazan al viento.