ischima

No recuerdo desde cuando, solo se que desde chiquitita siempre he tenido miedo a la muerte, he pasado noches sin dormir, intentando buscar cosas que hacer para no pensar en ello. Es algo con lo que lucho constantemente, he evitado todo lo que tiene que ver con la muerte, desde pisar cementerios, hasta cortar a la gente cuando tratan estos temas. Supongo que la madurez te hace darte cuenta de muchas cosas, como aceptar que voy a morir y que físicamente no soy eterna, pero esta madurez también me ha echo darme cuenta de que en la memoria nadie muere. Esto también tiene cosas buenas, pues con tan solo 17 años, lucho día tras día para nunca morir, para cumplir todos mis objetivos y ser eterna, hoy puedo decir que poco a poco lo voy consiguiendo, que poco a poco soy alguien en un mundo donde soñar puede llegar a ser imposible.
          	
          	“Odiándote, princesa” me esta ayudando a ser eterna, pues puedo anunciar con toda mi felicidad, que este libro, que me ha servido de aprendizaje y de maduración va a salir a a la venta en físico, con todo mis miedos, y mis inseguridades en él, pero se que quien no arriesga no gana, y yo ya he ganado, he ganado algo que no todo el mundo consigue a mi edad, voy a publicar algo que mi mente a creado, esa misma que dentro de espero que mucho tiempo, no va ha ser capaz de sentir, y no va a volver a crear nada.
          	
          	Hoy y aquí, querido lector, te pido con todo mi amor, que me ayudes a ser eterna, que me ayudes a que Hanah y Liv, las protagonistas de “Odiándote, princesa” sean alguien, que yo sea alguien.

ischima

No recuerdo desde cuando, solo se que desde chiquitita siempre he tenido miedo a la muerte, he pasado noches sin dormir, intentando buscar cosas que hacer para no pensar en ello. Es algo con lo que lucho constantemente, he evitado todo lo que tiene que ver con la muerte, desde pisar cementerios, hasta cortar a la gente cuando tratan estos temas. Supongo que la madurez te hace darte cuenta de muchas cosas, como aceptar que voy a morir y que físicamente no soy eterna, pero esta madurez también me ha echo darme cuenta de que en la memoria nadie muere. Esto también tiene cosas buenas, pues con tan solo 17 años, lucho día tras día para nunca morir, para cumplir todos mis objetivos y ser eterna, hoy puedo decir que poco a poco lo voy consiguiendo, que poco a poco soy alguien en un mundo donde soñar puede llegar a ser imposible.
          
          “Odiándote, princesa” me esta ayudando a ser eterna, pues puedo anunciar con toda mi felicidad, que este libro, que me ha servido de aprendizaje y de maduración va a salir a a la venta en físico, con todo mis miedos, y mis inseguridades en él, pero se que quien no arriesga no gana, y yo ya he ganado, he ganado algo que no todo el mundo consigue a mi edad, voy a publicar algo que mi mente a creado, esa misma que dentro de espero que mucho tiempo, no va ha ser capaz de sentir, y no va a volver a crear nada.
          
          Hoy y aquí, querido lector, te pido con todo mi amor, que me ayudes a ser eterna, que me ayudes a que Hanah y Liv, las protagonistas de “Odiándote, princesa” sean alguien, que yo sea alguien.