El lado malo de hacer lo que te gusta es que las críticas se sienten más pesadas sobre tus hombros, porque deberías ser capaz de hacer las cosas bien, porque piensas que estás haciendo las cosas bien, y de un momento a otro alguien más dirá que no, y otras personas se unirán a decirte todo lo que debes cambiar, y parece un camino tan empinado que caerás por tus propios pies.
Me gusta lo que hago, la mayoría de la veces.
Entonces, ¿por qué nunca parece ser suficiente?