Esperaba por una vez en la vida, que salieras corriendo atrás de mi. Que me dijeras que no me fuera, me quede parada dándome cuenta que eso nunca pasaría; y, sin encambio tu fuiste quien se fue, te fuiste sin titubear, sin siquiera voltear a verme mientras mi mundo se caía en mil pedazos, ese mismo momento en el que me di cuenta que ya que buscaría, que ya no esperaría o correría tras de ti.