probablemente no estábamos destinadas, pero te ame como si de eso se tratasé, no uso el tiempo pasado para describir un afecto perdido, lo uso porqué ahora mismo se siente como si estuviera lejos de lo previsto.
Mi amor por ti se sentía predestinado,
tú eras a quién rezaba a diario,
El motivo de mi religión.
Nada era ambigüo estando contigo,
La monotonía parecía cubierta de colores brillantes,
Y tú el detonante de esa explosión amable.
Quería expresarte mi cariño en más de un sentido,
Pero la idea de sentir que asfixiaba se convirtió en un peligro,
no quería percibir tu cansancio o tú rechazo,
y con eso solo conseguí la duda de mi amor
y tu temor al cambió.
Francamente nunca deje amarte.
La duda era una constante en nuestra relación,
Dudaba de que más que cariño, tu costumbre a tenerme te limitará a sentir.
Me sentía ridícula por pensar así,
pero te veía y no sabía que decir.
Hablar de como me hiciste sentir sería hipocresía,
Se que yo lastime tu ser y tu dulzura.
Tú empatía hacia mi desastre solo me hacía ser más culpable,
culpable de no saber expresar,
culpable de obligarte a hablar,
culpable de hacerte llorar,
culpable de no saberte amar.
Nunca imaginé que yo pudiera ser el motivo de tu tristeza, pero la manera en la que sobrepensabas solo afirmaba mis sospechas.
¿Eras demasiada luz para alguien como yo?
¿Merecías mi intentó patético de amor?
Contigo aprendí conceptos celestiales,
te sentías como el cielo,
iluminabas con destellos,
puntos brillantes y pequeños,
a los que llame estrellas,
eran lo que veía en tus ojos color canela.
Jamás olvidaré la manera en la que lloré por sentirme amada,
jamás olvidaré lo que es amar con locura,
Tampoco la poca cordura que causa,
pero lo mucho que vale la pena experimentarla.
Jamás te olvidaré a ti.