Nunca cuento este tipo de cosas pero hoy llegué a una gasolinera con mi madre, me mandó a pagar el gas e iba caminando para entrar a la caja cuando por la puerta salió un muchacho con su hijo. El nene me miró y me dijo "Holaaa" moviendo su mano alegremente. Su papá lo iba a regañar hasta que vio que yo le dije "Hola" al niño con una sonrisa de oreja a oreja y le choqué la manita. El chico me sonrió y me dijo "Si supieras cuantas veces mi nene ha hecho eso y lo ignoran, gracias por eso".
Me di cuenta de que debemos ser amables con los niños, porque ellos están aprendiendo los modales que se supone nosotros deberíamos tener. Tenemos mucho que aprender de su inocencia y corazón