En mi mente quedó grabada aquella noche de un 16 de febrero, una noche que creía que sería igual a todas… nada fuera de lo común parecía estar.
No hasta que aquella devastadora noticia llegó a mi; mi mundo se acabó, yo morí en aquel instante en que supe de tu lamentable muerte, ese día no solo moriste tu, no solo murió el amor de mi vida… si no que con el, también morí yo, pero sigo muerto en vida con la vaga esperanza de volverte a encontrar o con el deseo de morir y reencarnar para encontrarme contigo en otra vida… volver a ver tus ojos, sentir tus labios, acariciarte, olerte… te extraño.