Con estas palabras doy por comienzo a la aventura que lleva escribir. Vengo pensándola hace demasiado como para no sentarme a escribir e intentar darla a conocer.

Antes les cuento un poco de como llegué a esto. Estoy estudiando para ser Profesor de Historia. ¿Qué tiene que ver? En que en la razón por la que que decidí iniciar esa carrera es la misma por la que estoy constantemente imaginando y redactando esta novela. Me fascinan las historias de los grandes héroes, no los de esas versiones que te lo dan en bronce, sino las que, a partir del sufrimiento y la superación personal, llegaron a pasar a los libros. Esas que a veces uno se pregunta ¿Cómo hizo para superar ese obstáculo tan duro? ¿Cómo logró salir adelante?Aquellos que eran tan normales como nosotros, pero que en la adversidad alcanzaron la grandeza.

De chiquito empezó esa pasión por los relatos épicos y conmovedores de los héroes patrios de que nos hablaban. Luego me encontré en los  estudios de secundaria con el Cid y con Roldán. Arturo también pasó a mi vista y como no Beowulf. Además debería agregar que algunas películas del género aportaron su grano de arena. Puntos donde la leyenda roza con la Historia. Dónde la realidad historia se una con la ficción. Pero que no deja de conmover e inspirar a todo corazón que se deja animar por esos cantos.

Tolkien y sus relatos de la Tierra Media completaron el combo. Autor, cuya experiencia de vida, también es más que digna de ser contada. Y esto no es una forma barata de venderme, al contrario. Este escritor llegó un punto inalcanzable para la gran mayoría de los seres humanos, dejando no solo al lector con ganas de tener todos y cada uno de sus libros, sino que también nos legó grandes lecciones morales y filosóficas.

En fin, volviendo a la historia de mi querido Lotario, no espero que llegue a significar para los muchos lo que significan para mi las grandes historias, pero si hacer el intento de dejarles un linda y conmovedora novela.

Atentamente