UnayJPN

Las gotas golpeaban su rostro y aún así volaba con más aleteos de lo usual, firme y atento al más mínimo movimiento, teniendo que descender de forma considerable a causa de la poca visibilidad. La búsqueda del pintor para Shaka le había tomado demasiado tiempo, pero estaba seguro que le encantaría, eran tres estatuas y deseaba la misma cantidad de pinturas, por desgracia como acostumbraba el pintor se ponía a jugar a las escondidas, al menos eso pensaba él, en realidad el pobre hombre escapaba de Unay.
          
          Se detuvo al distinguir lo que parecía ser una silueta bajo un árbol y sin dudarlo bajo. Tan pronto sus pies tocaron el suelo se sacudió cuál cachorro, moviendo su cabeza de un lado a otro al igual que su cuerpo y alas.
          
          —¡Hola! —saludo antes de siquiera verlo, al distinguir sus cabellos dorados se quedó callado y pronto su mirada brillo, se arrodilló—. ¡Permítame hacerle una ofrenda! Enviado del cielo —pidió. Ya tenía tiempo que no veía a uno y eso le inquietaba un poco

UnayJPN

—Perdona —se disculpó y acarició su mejilla con delicadeza temiendo que de ser brusco se desvaneciera. Deslizó sus dedos al mentón ajeno y basto un suave movimiento para terminar con el espació entre ambos. Tanteando con sus labios los ajenos, un contacto que si bien fue corto bastó para que abriera sus alas como las velas de un navío a punto de zarpar a aguas desconocidas que tan solo había rodeado, creyendo que bastaba y al final consiguió el coraje de adentrarse en la neblina que acariciaba su piel con una ternura acogedora. 
            
            Cubrió al contrario con las alas pese a saber que mostrarse protector no era necesario, entre ambos él era el más fuerte, como todo terco no le importaba, deseaba demostrar lo que deseaba así tan solo fuera un ave frente a un dragón. Se acercó y le robó otro beso casto y otro antes de cerrar bien los ojos y dejarse llevar, si bien era su primer beso tenía años de información acerca de ello, incluso practicaban por más loco que sonará, ya fuera con manzanas o su propias manos. El beso resultó una danza que ambos interpretaban, con cada paso encendían algo en su interior, muy semejante al fuego que estalla con euforia. Adictivo e inquietante. Tuvo que contenerse para no ser brusco, lo más posible es que su acción fuera muy torpe, estaba nervioso.
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UnayJPN

Al sentir las palmadas contuvo una risa y se centro en estas, eran tan tiernas que contuvo sus pensamientos para poder disfrutarlas un poco más. En definitiva tenía hasta el más mínimo rasgo de un cachorro y no le importaba. Siempre sería el mismo si no era necesaria una figura imponente como el azteca que era. Frente al contrario no costaba hacer lo que en su tribu era prohibido. Derrumbarse, llorar, añorar con tal intensidad que le robaba hasta el último suspiró. Extrañarlo era algo de su día a día, la diferencia es que está vez realmente sintió que lo perdió y los Dioses lo regresaron al mismo tiempo. 
            
            —Hablando de eso debo pedir que les cambien la cara —murmuro elevando la mirada al cielo para meditar en ese hecho, ahora tenía que buscar de nuevo al escultor y seguir con las escondidas del pintor. Tenía un arduo trabajo por delante...aunque, no tenía las medidas, en ese caso lo principal sería tomar medidas completas para la estatua y memorizar hasta el último rasgo de su rostro para indicar las diferencias.
            
            —Aparecen solamente con Sage al escuchar su voz, con una mirada e incluso basta con pensar en usted y... ¿Mi deseo? Es cuidarlo, admirarlo y llenarlo de tantos regalos que me convierta en su seguidor favorito porque... —su voz fue firmé, relajada, tenía muy en claro lo que decía, sin ningún tipo de filtro—. Me pondría triste si llega a brindar el honor de su atención a alguien más y lo que deseó es estar cerca —sus labios formaron una sonrisa radiante que plasmaba la calidez que sentía al hablar de lo que anhelaba. Esperando ser felicitado sus alas se movieron, extendiéndose de forma leve y volviendo a replegarse. De pronto pareció recordar la escasa distancia entre ambos. La respiración contraria se mezclaba con la suya en un remolino que le jalaba hacia adelante. Un susurro le invadió, esa vocecita que siempre pide y de alguna forma no eres capaz de rechazarla. 
            
            
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UnayJPN

@justxSage  
            
            Era extraño que pudiera distinguir una sonrisa en él, en lugar de sus típicos gritos y de cierta forma parecía normal entre el nudo que los acontecimientos formaron. Su mente no conseguía aterrizar del todo así que bromeaba en un intento inconsciente de calmarse a si mismo y a su vez mostrando que estaba felíz, pese a no haber cumplido su deber como azteca ante un enviado del cielo, era suficiente con ver a Sage bien, tardaría en acostumbrarse a llamarlo así.
            
            Si no estuviera desubicado entonces admitiría en voz alta que las sonrisas le hacían brillar aún más. Digno de un Dios. Portaba belleza, carácter, inteligencia e incluso había burlado su destinó. 
            
            —En ese caso ¿Camaleón? —propuso con una expresión inocente, tenía tiempo que no le llamaba así. Algo le decía que tenía una probabilidad de evitar ser golpeado en esta situación, era relajante tener esa probabilidad—. La misma duda tengo yo, te digo que es dorado —contradijo, mirándolo como si fuera un infante que no entiende un tema a pesar de explicarlo 10 veces.
            
            Se sobresaltó ante el pequeño golpé, semejante al picoteo de una hermosa ave. Pestañeo regresando en sí ¿Ahora que había hecho? Su confusión fue evidente, incluso sus alas bajaron cual orejas de cachorro que acaba de ser reprendido.
            
            —Pero ¿Los extrañarás no es así? Tus compañeros de armás —no se animaba a contradecirlo, tan solo dar a conocer un punto que consideraba importante y aunque aún tuviera esa espina de culpa respetaba la decisión contraria o al menos eso intentaba hacer, después de todo los dioses saben como actuar, negar esa verdad sería una ofensa.
            
            
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