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 ⸙    ຯ   En los rincones más secretos del bosque encantado, nació Evander, un hada destinado a ser la guardián de la luz. Su historia comenzó cuando una estrella fugaz cayó del cielo, dejando tras de sí un rastro de polvo de estrellas. La naturaleza mágica del bosque se fusionó con esa esencia celestial, creando a Evan.
          	  
          	  Durante su infancia, Evan se mostró como un niño muy inquieto, sus padres batallaron mucho para mantenerlo quieto durante mucho tiempo, a pesar de esto, era muy amado en el bosque, pues el alegraba a las demás hadas de su entorno con tan solo juguetear entre los árboles o con los bebés de los pajaritos. 
          	  
          	  Desde pequeño, Evander mostró un vínculo especial con las criaturas del bosque y una afinidad única con la magia de la luz. Su risa resonaba como campanillas, y su toque tenía el poder de sanar y revitalizar la flora a su alrededor. A medida que crecía, los ancianos del bosque reconocieron en él un potencial sin igual para equilibrar las fuerzas mágicas del entorno.
          	  
          	  Evan se sometió a un entrenamiento mágico, donde aprendió a manipular la luz para proteger a las criaturas vulnerables y mantener la armonía en el bosque. Desarrolló alas translúcidas que brillaban con la luminiscencia de las estrellas, permitiéndole volar con gracia por entre los árboles y los arroyos del bosque.
          	  
          	  Su misión era mantener la balanza entre la luz y la oscuridad, enfrentándose a desafíos como las sombras que intentaban invadir el bosque. Evan descubrió que su fuerza no solo provenía de su conexión con la magia, sino también de su capacidad para inspirar a otros seres mágicos a unirse a ella en la protección del bosque encantado.