“le tengo miedo al mar”.
pero, si tuviera algo de valentía
te diría que en realidad le tengo
miedo a que me conozcas, a que
me conozcas como yo me conozco.
que veas que mi sonrisa está
sostenida por cuerdas y que
cuando nadie me ve imagino
que las tomo y las colocó
alrededor de mi cuello.
tengo miedo a que te quedes por
aquí lo suficiente para notar que
mi risa de pronto deja de tener
eco.
que no soy más que una carcajada
vacía y que todos los días considero
la posibilidad de no despertar.
tengo miedo de que veas que mi
columna se marchita al final del
día, que a mi cabeza le cuesta
mantenerse erguida y que desde
este ángulo no me veo tan bonito.
tengo miedo de que me veas a los
ojos y que todos mis pensamientos
te lluevan y caigan en tus manos.
y tengo miedo de que no puedas
soportarlo o que te sientas ancladx.
tengo miedo a que me veas como
más carga que persona, como más
inconveniente que persona, como
esto no vale la pena como persona.
y tengo miedo a que veas que yo
también pienso que no valgo la
pena.
tengo miedo que me conozcas y
me encuentres feo.
pero, decir todo esto toma mucho
tiempo y también tengo miedo de
desperdiciar tu tiempo, así que
si me preguntas que a si que le
tengo miedo te diré
“le tengo miedo al mar”.