
copitosazucarados
un brazo se deslizó hacia abajo para sostener sus muslos, asegurándose de que no fuera a caerse su preciado objeto que había sacado su lado más obsesivo. dió una patada para cerrar la puerta del auto, indiferente si la pintura impecable se dañaba. el olor a pasto mojado inundaba su afilada nariz, arbustos de rosas bien cuidadas y hierba bien cortada se alzaba alrededor de ambas figuras. la tenue iluminación de la hermosa media luna se reflejó en las llaves que abrían la puerta principal; uno de sus sirvientes le había facilitado el trabajo. su alta figura atravesó el umbral, un chico yacía inconsciente sobre sus brazos, el sirviente observó al de hebras moradas perplejo, pero no dijo nada y apartó la mirada rápidamente. Koffi lo observó unos breves segundos, su mirada gélida era una clara advertencia. siguió su camino, un suave repiqueteo sonaba contra el suelo de mármol mientras avanzaba hacia la alfombra color vino que presentaba unas elegantes escaleras en dos direcciones. el somnífero que le había inyectado probablemente no tardaba en irse desvaneciendo, él había estado contando el tiempo en su mente desde que el azabache había caído inconsciente. su zapato presionó con la fuerza requerida para abrir la puerta de la nueva habitación de Luciano.

lacrimo_osa__
Rápidamente su mirar se plasmó en la figura que yacia entrando por la puerta, observando al ajeno con una rabia incontrolable de las que nunca se habían visto en el joven azabache. Aún así, todo este tiempo que había estado relacionado (de alguna forma) al chico, sabía de perdida que andar enojado no valía la pena, ya que este nunca acató a los deseos de Luciano. Lo sabía, pero sus emociones no podían cambiar de un momento para otro, todas aquellas palabras que estaban atoradas en su pecho estaban a punto de estallar. ─ ¡Eres un... ─ su voz se detiene ante las menciones de las mujeres, estrujándose su pobre corazón ante la mención de la última fémina, siendo notorio como es que le afectaba gracias a su cambio de expresión el cual había abandonado todo rastro de ira; solo era capazbde verse el temor. Claro, era temor. ¿Cómo no lo iba a tener si le estaba escupiendo en la cara que nunca las iba a volver a ver? Tragón saliva, no sabía qué demonios iba a hacer. Qué podía hacer para liberarse de esto, e inclusive mirar a todas partes era inútil, ya que no veía nada que le fuera de ayuda. No sabía si era gracias al posible ataque de pánico que estaba pasando do que no le dejaba pensar, o si eran los rastros de ira jugándole una mala broma. ─ Estás demente ... ─ fue lo único que salio de sus labios, intentando cubrir lo mejor pudo su rostro ante el flash de la cámara verse, en una señal de que la foto de su estado actual había sido tomada. El sonar de las cadenas le estaba volviendo loco lentamente, chasqueando la lengua al retractarse de que la foto fuese tomada. ─ No lo entiendo, no, nunca te entiendo. ¿Qué mierda quieres de mí, teniéndome aquí encerrado? Y de paso, encadenado. Mierda, quién te dijo que secuestrar a una persona era buena idea. @copitosazucarados ,, ♡
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copitosazucarados
── Uh lala, miren quién decidió despertar. ── susurró, cómodamente sentado sobre una silla, su vista fija en las pantallas que tenía frente a él. lo observó durante unos breves minutos, pareciese que alguien estaba de mal humor. sus pies giraron en dirección a la puerta para dirigirse al chico, no sin antes tomar cierto celular que estaba descansando en su mesa. sus pasos eran gentiles contra el suelo, haciendo ruido únicamente cuando su sombra pasó la puerta que abrió. desenvolviendose con gracia en la habitación, se acercó con una lentitud propia de una tortuga; sus ojos no miraban al ajeno, sino al celular que había desbloqueado de alguna manera. ── Mmm... eres bastante querido, al parecer. ── su voz, un tono bajo y seco. ── Abuela, madre... ── hizo una pausa, levantando una ceja. sus miradas por fin se encontraron, una llena de furia y la otra llena de maldad. ── Novia. ¿No eran ellas tres las más importantes para ti? ── tardó en pronunciar aquella palabra, casi como si le costara admitirlo. se acercó más, enseñandole la pantalla llena de mensajes. ── Hay mensajes de todas ellas, una lástima que no volverás a verlas. se alejó de él un par de pasos, queriendo evitar que le pusiera las manos encima por si se le ocurriese intentarlo. se metió a la cámara y la apuntó a él, una sonrisa afilada mostró unos colmillos. ── ¿Les mandamos una foto de ti? Así dejarán de preocuparse, ¿no lo crees, Luciano? ── hizo énfasis en su nombre, diciéndolo lentamente con una voz aterciopelada que parecía saborear la palabra en su lengua.
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lacrimo_osa__
Las horas pasan, dios sabrá cuántas horas habían pasado y el qué había pasado durante su inconsciencia, tan solo senlogra escuchar el sonido de un gruñido proveniente del de hebras azabaches mientras que batallaba por sus ojos abrir, sus ojos rápidamente volvieron a entrecerrarse tras abrirlos gracias a la luz de la habitación. Parpadeo varias veces, sintiendo como es que su cabeza daba miles de vueltas y yacía pulsando con tanta fuerza que le provocaban quejidos por su parte. ─ En dónde... ─ Palabras muriesen en sus labios, pasando sus orbes esmeraldas alrededor de la habitación, deteniendo su mirar en algo que había estado buscando desde hace tiempo que él había dado por perdida: sus audífonos. Y eso no había sido todo, ya que también llegó a ver que también estaban desde cosas absurdas que se había comprado, hasta algún peluche que su abuela le había regalado en algun momento de su niñez, fue allí donde de empezó a preocupar y dejar atrás los últimos efectos del somnífero en su cuerpo. ─ ¿¡En dónde mierda...?! ─ el solar de cadenas chocando entre sí lo sacó de poder acabar su oración, tragando saliva y viendo sobre la manta ahora arrugada el cómo yacía encadenado, llevándose otra peor sorpresa al ver el cómo es que igualmente susnpies estaban encadenados. Su cuerpo entero se congeló, observando con horror la escena que estaba frente a sus ojos. Es decir, ¿cómo no encontrarse así? Estaba encadenado como si fuera un vil animal, como si fuera hecho para que se quedara quieto y no pudiera hacer algo al respecto. ─ Ah ... ja... jajaja... este vil hijo de perra hizo esto ... ─ fue lo único que logró salir de sus labios, siguiendo con la mirada plasmada en las cadenas y sintiendo como es que su mandíbula temblaba de ira. Quería golpearlo. Mierda, realmente deseaba con golpearlo. @copitosazucarados ,, ♡
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