Como cuando tienes que re-ver los primeros cuatro capítulos de la segunda temporada de BSD pero sabes que llorarás de por medio.
Yo ya me imagino a mi misma re:
—No, no estoy llorando. Acabo de presenciar el fallecimiento de mi husbando, pero no estoy llorando. Sudo por los ojos. Ah, y esto? Nada, estoy probando si me puedo cortar las venas con una cuchara—.