Cuando ya en verdad no doy más, es ahí cuando la poesía me salva. Me digo a mi mismo: "podría ser peor, podría nunca haber abierto aquel primer libro".
Cuando ya en verdad no doy más, es ahí cuando la poesía me salva. Me digo a mi mismo: "podría ser peor, podría nunca haber abierto aquel primer libro".