- Yo solo quería que me amaras – mis ojos se llenan de lágrimas al comprender que yo y todas esas chicas solo éramos puntos extras en una competencia de “masculinidad”, era un accesorio bonito como los que me gusta usar, esos que solo uso en ocasiones especiales, solo cuando lo necesito.
- Claro que te amo Baby – me da esa estúpida sonrisa con la que ha conseguido a todas y cada unas de las chicas de esa lista, incluida yo.
- A todas las llamas así – no es pregunta, lo estoy afirmando, lo sé.
Respira pesadamente y detiene el auto – No comiences a ponerte intensa, me entiendes Baby? – acaricia mi mejilla con “ternura” y por un momento quiero creerle, quiero creer soy la única, que soy la oficial, que es exclusivo de mi, pero ahora sé que no es así y duele, duele haberme dado cuenta demasiado tarde, duele saber que nunca me amo, que nunca me respeto pero duele mas saber que también soy culpable de este dolor.
- Dime, Quién ama de verdad?