Soy una persona que practica mucho el diálogo interno, es decir, hablo constantemente conmigo mismo en mi mente. Esto, de alguna manera, se refleja de forma inherente en mis libros, en mis personajes. A veces, cuando releo mis escritos, no puedo evitar preguntarme si este estilo podría llegar a aburrir al lector.
No te preocupes demasiado por si estás "aburriendo" al lector. En su lugar, pregúntate: ¿Esta reflexión añade algo nuevo sobre el personaje o la historia? Si la respuesta es sí, probablemente sea un aporte valioso. Si no, considera simplificar o eliminarlo.