Escribo para soltar todo lo que llevo dentro. Para dar vida a mundos enteros o tan solo a un momento. Escribo para salvarme de mis propios pensamientos y sentimientos.  Escribo para escapar o quedarme dentro, de aquellas historias que imagino todo el tiempo. Escribo porque sí, porque me genera un placer inexplicable. Porque me hace bien y de algún deseo brindar una puerta de escape, de lo cotidiano de la vida, a otras aventuras, aunque sea sólo un instante.