Tantos malditos borradores, ideas maravillosas e increíbles que viven en mi mente, pero no he publicado ninguno. Creo que he esperado demasiado el “momento perfecto” para sentarme a escribir, a dejar que fluyan las palabras y que todo esté meticulosamente planeado, pero eso solo ha hecho que mis ideas se queden en eso, en ideas tan emocionantes pero que se quedan en mi mente, y que con el paso del tiempo se van borrando poco a poco, que se escurran de mis manos y ya no recuerde lo que planteaba en un principio. Quiero hacer tantas cosas, probar algo nuevo, superarme a mí misma, pero ahora siento que ya no me alcanza el tiempo, la universidad es más demandante que la prepa o secundaria, y extraño tener tanto tiempo libre. Esto es un recordatorio de que hay que aprovechar el tiempo que tenemos y que no debemos esperar el “momento perfecto” o para “sentirnos listos”, si vas a hacer algo, hazlo y punto. Tal vez no sea perfecto, tal vez sea malo, tal vez no sea lo que esperabas, pero puedes ir mejorando con el tiempo, y te sentirás orgulloso/a de tu progreso y lo mucho que has mejorado. Voy a organizarme y adaptarme para volver a hacer algo que tanto amé, escribir, imaginar, leer; era lo que amaba, era lo que me llenaba, y en realidad no sé por qué dejé de hacerlo, en qué momento la vida me consumió y dejé de disfrutar eso que me apasionaba. Hoy, quiero reencontrar esa persona que vive en mí pero se sumió en un letargo silencioso y destructivo. Sé que no será fácil volver a ser como era antes, de hecho eso no se puede, pero quiero saber que esa persona no murió del todo y puedo ser igual, aunque diferente por las vivencias.