El cielo está nublado, a penas se ven los rayos del Sol
pero yo me encuentro aquí entre las sábanas y eso me es indiferente.
Estoy con una sonrisa en mi rostro, me siento fuerte, con energía, con alegría. Mientras escribo me doy cuenta de que, tras una noche de sueño reparador, estoy lista para enfrentar el resto del día con mucho optimismo.
Lágrimas de felicidad caen por mis mejillas, ¡qué momento tan maravilloso! Las certezas ocupan mi mente, no hay lugar para las dudas, hoy es un día en el que me siento libre, capaz de enfrentarlo todo, incluso mi propio sarcasmo.
Soñar no cuesta nada, ¿no?