Quédate conmigo; no te prometo días perfectos ni la eternidad. Te voy a hacer enojar, hasta que vas a querer matarme de vez en cuando. Pero, te aseguro que te voy a amar siempre y te voy a enamorar cada día, con mis incontables defectos, cursilerías y locuras momentáneas. Pues contigo conocí esa bella sensación de no querer a nadie más. Porque me sobran las ganas de cada día enamorarte. Ya no me importa el mundo y sus estupideces, porque en ti existe algo peor, bonito, raro, sencillo y lleva la mitad del desastre que me faltaba.