La nostalgia me persigue.
En cada foto en la pared;
en cada carta escrita a mano;
en cada página de cada libreta que llené de unos pensamientos que me hacían sentir vulnerable, que nadie leyó, que nadie leerá;
en cada cumpleaños que pasa, no sólo el mío, también cada año que mi abuela se hace más mayor;
la siento en cada vídeo de pequeños;
en los amigos que se quedaron por el camino y en los que siguen después de tanto tiempo;
en aquel libro que me leí, que me cambió la forma de ver la vida;
en todos los recuerdos que guardo en una caja;
en todos los consejos que me dio mamá y en todas las veces que yo no la escuché, para luego resultar que tenía razón.
La nostalgia está siempre conmigo, supongo que me toca vivir con eso.