El mosaico del desvarío es la armadura de la desnudez. Mi cabeza se mueve entre las suciedades de Bukowski, la sangre de Tarantino, y una autopista al infierno. En la noche una cerveza junto a Poe y por el día una aventura juntto a Tolkien. En la Subrealidad con Auri parezco un loco como Kubrick. Héroe o villano como Walter White. Un John Keating con aspecto de Serj Tankian que cuando escribe surca cielos como Porco Rosso. Echaría una partida con Daniel Day Lewis, Vincent Price y Marty Feldman. Y compartiría descanso con Miranda Otto. Dos docenas de edades que son segundos me contemplan. Y aquí permanezco entre los silencios de tinta...