No sé mucho se amistades. Es más, la mitad de mi vida solo he disfrutado de la compañía de parientes y algún que otro conocido.
Por eso valoro mucho a todo aquel que considere mi amigo. Me esfuerzo mucho por cuidar esos escasos vínculos que tengo a pesar de lo mucho que odio socializar. Y es por eso que a veces pienso que soy el único que en verdad le da importancia a los mismos.
A ver, comprendo que hay amistades que se desgastan con el tiempo. Que no siempre puedes mantener una relación cercana con una persona y que por circunstancias varias dos individuos pueden alejarse hasta que su amistad... Se esfuma.
No soy estúpido, comprendo que eso ocurre y, a pesar de que asusta, lo llego a aceptar. Pero joder si duele cuando las cosas no se van con el tiempo sino que directamente se cortan.
Porque, maldita sea, sé que no soy el amigo más sensible o el más divertido o el más perceptivo. Sé que tengo aficiones extrañas, una personalidad fuera de la norma y una inteligencia emocional escasa.
Yo como amigo solo puedo aportar dos cosas: sinceridad y apoyo. No puedo dar más, es todo lo que puedo ofrecer y siento si no es suficiente, pero para mí una amistad es respetar a alguien, disfrutar de su compañía por escasa que sea y apoyarlo cuando se es posible.
Pero a veces pienso que malgasto mi vida con personas que a la primera me arrojan como a un trapo. Da igual los años que nos conozcamos, que apoyase a esa persona en sus más bajos momentos... Porque "ya no tenemos nada en común".
Y luego se preguntan porque mis mejores amigos son árboles.