- Hay momentos en la vida, en los que me detengo y pienso, me doy cuenta que te quiero, que siempre te voy a querer. Que nuestra historia es irónica porque vienes y vas tal cual la brisa al pasar, pero sigo fiel a ti como las hojas de esos arboles que la brisa roza, las ilusionas con que se van a liberar del tallo de su árbol, y sin embargo cuando se liberan es muy tarde ya, pues estas caen en un otoño para no volver más. Nuestra historia es así una brisa al pasar, me ilusiono con que vienes pero que tal vez te quedaras, y, sin embargo, me doy cuenta que la brisa no la puedo contener, que sigue su camino una y otra vez, tal cual como tu lo haces. Durante la vida pensamos en tomar las mejores decisiones, pero contigo no se más que es lo correcto, me convierto en una hoja, y cada que caigo en un otoño vuelvo a otra vida, en otro tallo, pero con la misma historia y un mismo final. Aunque a veces me arrastres en la brisa contigo, nunca será lo mismo. Pero pediré en cada vida que para la siguiente me deje convertirme en la brisa y así por fin poder acompañarte. Es impresionante, como nuestra historia me engancha tal cual como si fuera el ciclo de vida, pero sé que me desvió, que la hoja solo forma parte del tallo porque es como debe ser y es inútil pensar en que algún momento no seré más una hoja muerta en otoño, pero una hoja viva que recorra el mundo contigo y por dondequiera que vaya la brisa. Quererte así intensamente, sabiendo que, en cualquier momento, la brisa me puede desviar o olvidar, pero una y otra vez vuelve a pasar y es así como mi esperanza sigue intacta en que tal vez en alguna vida la hoja y la brisa hicieron su propio camino, su propio tallo, su propio otoño… y es así como al enamorarme de palabras, que se fueron con el viento te acompañan a cualquier lugar, porque tú eres la brisa al pasar.