Y entonces caí en ese agujero enorme que es la vida ¿para qué vivir de esa forma? ¿para qué morir de cualquier otra? ¿Para qué?
Quizá estaba demasiado acostumbrada a vivir como tendría que morir porque de repente me entraron ganas de empezar a morir de la forma en la que se debería vivir.
Yo era fuerte, luchadora, pero entonces llegaron las Circunstancias (con mayúsculas) y me deprimí. Solo quería dormir, escuchar música y leer para escapar de todo, más que nada. Pero llegó esa persona y me sacó del agujero que yo misma me había cavado, pasado un tiempo empecé a estar mejor y pensó que ya era autosuficiente y me dejó sola. Yo también lo pensaba, la verdad.
Pero llegó la segunda parte de las Circunstancias y nuevamente quise morir de la manera en la que se debería vivir. Ahora estaba sola, sin nadie a quién aferrarme para salir del profundo hoyo que era la vida. ¿Cómo saldría esta vez de ahí? Quizá debería tomar la vía más rápida. Un corte, dos botes de pastillas, una soga... Cualquier cosa vale. O quizá la más lenta y dolorosa: esa mierda de vida que Dios me había concedido.
Dime, Dios, ¿cuál es tú plan? Porque tendrás uno, ¿no? ¿Para qué me creas si me llenas de sufrimiento? Sé que es egoísta pensar que las Circunstancias son sufrimiento, pero lo son. Quizá no el sufrimiento al que estás acostumbrado, pero sí sufrimiento. No es como si me violasen o como si me estuviese muriendo de hambre, pero sigue siendo doloroso, ¿sabes?
¿A mí me dejaste al azar para ver qué hacía con lo que me diste o simplemente es para echarte unas risas? No me gusta absolutamente nada.
¿Cómo salgo del pozo? ¿Me ayudáis?
