
kkazu-flowr
AHÍ TE VA OTRO ESCRITO CHIKIIIIIS

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─── Buenos días a ambos... Parece que hoy nuestro chiquito estuvo ayudando en el desayuno ─── observa a su hijo, su pijamita está ligeramente manchada de harina. Cuando el bebé es puesto en la cama, gatea rápidamente hacía su mami con emoción, sentándose frente a ella mientras le estira los brazos, buscando ser alzado. Shuri se derrite de amor y lo levanta, besando sus regordetas mejillas mientras el bebito ríe. ─── Pfft, si ayudar significa hacerme un desastre en la cocina, me lanzó masa para hotcakes en la cara, ¿Puedes creerlo? ─── ríe suavemente y se sienta a su lado, el bebé ahora está sentado entre los dos, jugando con el largo cabello de su mamá. Dominic y Shuri se ven fijamente, y se acercan para compartir un beso dulce y cariñoso. Se aman tanto, que morirían si el otro se va... Se ven con amor una vez se separan, aunque ambos giran rápidamente la cabeza para ver a su hijo. Paradito entre ambos, con la cara roja por la concentración... ─── ¡Se levanta! ─── gritan ambos, asombrados y llenos de felicidad. Su bebé crece rápido, sano y feliz, entre un par de padres que lo aman y cuidan como su mayor tesoro. Y es que eso es, su más grande tesoro, nacido del más puro y gran amor que se tienen.

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Después de un arduo trabajo de parto, cuando le entregaron a su pequeño, lo observó fijamente, pensando en como era posible que ese bebé tan chiquito le haya causado tanto dolor, no sabía si aquello había válido la pena... Pero cuando abrió sus ojitos de distinto color, y le dedicó su primera sonrisa, supo que si, definitivamente había válido completamente la pena. Ahora en el presente, la pelinegra sonríe. Su hijo está creciendo muy bien, es muy curioso y alegre, aunque al principio se asustaron de que solo dormía y casi no jugaba, pero al parecer, solo era un bebito flojo. Su esposo dejo el trabajo para cuidar al bebé, pues Shuri no quería dejar de trabajar. Así que el rubio tomo el papel hogareño, aunque afortunadamente Shuri solo trabaja 3 noches a la semana, mientras su bebé duerme, así que tiene un buen balance en su vida personal y de trabajo. Habló con su hermano después de muchos años con poco contacto y le invito a su boda, ahora es un tío consentidor que se pela con el bebé de vez en cuando por molestar mucho a su mami. Su esposo es tan dulce como siempre, le regala flores en días cualquiera, le cocina sus platillos favoritos... Y de vez en cuando deja que ella tome las riendas del asunto en la cama y se deja dominar... Que afortunada soy, piensa ella. Piensa que quizá su vida no fue la mejor, pero ahora, afortunadamente parece que todas las piezas comienzan a colocarse en su lugar, como piezas de un rompecabezas encajando en su lugar con perfección. Y ella, es más que feliz por eso. Escucha pasos acercarse a la habitación, se sienta y observa a su esposo entrar con su bebé en brazos, ambos con una bonita sonrisa que delata que algo están tramando. ─── Buenos días, mi amorrr ─── alarga un poco la r, Shuri ríe por eso y también sonríe.

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Había pensando en regresar a la medicina, ser cirujano en un hospital, pero un día mientras cocinaban algo para la cena, Shuri presenció al rubio en un ataque de ansiedad derivado de su TEPT, su detonante: una pequeña cortada en la mano de la mujer. Ver sangre simplemente le recuerda el día del ataque en su unidad médica, y no puede seguir con normalidad. Ese día, Shuri lo tranquilizó con delicadeza, le rodeo con cariño y le dio palabras de aliento, y sin que ella lo supiera, aquel acto hizo que el rubio cayera ante sus pies por completo. Tardaron un poco en dar el paso, pero finalmente decidieron iniciar una relación formal y en unos meses se mudaron juntos. ¿Algo apresurado? Quizá, pero a la mujer no le agrada más que desertar y ver a su rubio babear, completamente dormido con un rostro tranquilo y su cabello revuelto y despeinado, todo una obra de arte. Además, es realmente bueno en el sexo... ¿Cómo podría soltarlo? Guapo, excelente en la cama, cocina delicioso, se ríe de sus chistes idiotas, sensible y fiel como un perrito, todo un hombre maravilloso. Y así, después de 3 años de relación y después de haberse casado, decidieron tener un bebé. Shuri debe admitir que al principio estaba algo dudosa, ¿Ella? ¿Teniendo un hijo? Nunca se vió embarazada, con un bebé en brazos que fuera suyo... Pero sabiendo que el padre sería Dominic, quién ha estado a su lado en todo momento, se dió cuenta de que si, quería tener un bebé. Y después de 9 preciosos meses llenos de amor y mucha paciencia, nació Heinrich. El bebito más hermoso que haya visto en su vida. Es tan curioso, pues el niño es perfectamente la combinación de ambos. Su cabello es rubio, pero ligeramente oscuro, su piel suave tiene pequeñas pequitas... Pero lo que más adora Shuri, es su mirada. Su ojito derecho es oscuro, como los suyos, y su ojito izquierdo es azúl, como el de su padre.