Cuando niña, el mundo era un lugar mágico, lleno de aventuras y risas sin fin. Las horas pasaban sin preocupación, y el sol se escondía al final del jardín.
Jugaba con muñecas y peluches, corría por el campo y saltaba en charcos. La vida era simple y maravillosa, no existían problemas ni dolores de cabeza.
Pero el tiempo pasó y crecí, y la vida se convirtió en una realidad distinta. Las preocupaciones aumentaron, y los juegos se volvieron en algo menos importante.
A veces, me invade la nostalgia, y extraño mi vida de niña. Las risas, los abrazos y los besos, que solo existen en la inocencia de aquellos años.
Aunque ya no puedo volver atrás, guardo en mi corazón esos recuerdos con amor. Y en momentos de tristeza y dolor, pienso en mi niñez, y vuelvo a sentirme en paz y calor.
Así que siempre llevaré conmigo, esa niña llena de vida y esperanza. Y aunque ya no soy quien fui en aquellos años, siempre seré esa niña, en mi corazón y en mi alma.
Un feliz día del niño( atrasado )