UNO PUEDE PENSAR EN EL ESCRITOR COMO ALGUIEN QUE ESTÁ SIEMPRE A MEDIO CAMINO ENTRE LA VIDA Y LA OBRA...
Detrás de cada palabra escrita hay una lectura previa que le otorga soporte y significado.
Como decía Borges cuando le preguntaban sobre las claves y el secreto de su exquisita alquimia literaria:  "Sólo soy  y  he sido siempre un gran lector..."

No concibo una forma más grandiosa para la liberación del espíritu, la expansión de los horizontes del pensamiento y la comprensión de la realidad que la lectura. Sin dudas existen muchas, hay otras, lo sé. Elijo ésta por sobre cualquier otra opción.

Nelson <Madiba> Mandela después de permanecer durante 27 años encerrado en una diminuta celda de la isla Robben en Sudáfrica, y luego trasladado a la prisión de Pollsmoor, el domingo 11 de febrero de 1990 atravesó la puerta de la cárcel al sur de  Ciudad del Cabo que lo llevaba a su definitiva libertad con el puño en alto,  junto a la fortaleza, la pasión y el espíritu necesarios para emancipar a un pueblo históricamente oprimido y negado en su esencia por el régimen del apartheid.
Años más tarde en una entrevista develó algunas de las estrategias que le permitieron sobrevivir en esas condiciones durante todo ese tiempo... "La lectura me sostuvo, me brindó la entereza para enfrentar la espera, y alejarme del odio y el resentimiento en esas condiciones, para direccionar mis pensamientos hacia la liberación de mi pueblo".

Leer es jugar a ser otro por un tiempo, pero con los ojos y desde la mirada de ese otro. Sólo hay que dejarse llevar...