En tus manos se curten divinas odiseas
Quimera en efebo germina en la sed de mi tempestad
Las guirnaldas desenlazan besos en las suturas del alma
Belladona en edén drena mi sangre en tu matiz
Contornea las ruinas sonrojando la sonrisa de Belcebú
Reencarna en mis vísceras derrocando la Atlantida
Deleita el céfiro en voz de navío bogando en duermevela
Las dunas decoran tu corona de espinas
Cada llanto amedrentado un diamante eclipsado
Sonrisas de azufre en miradas carbonizadas
Encajandose paulatinamente en las membranas infernales
-Regente, suenan las saetas desembarca la góndola