bloodthirstytaste
La nieve caía lenta, cubriendo los bordes del
ventanal con un blanco espeso y sereno.
Dentro del pequeño departamento, el vapor
del té se mezclaba con el olor tenue de los libros
abiertos sobre la mesa. La joven lobo dejó el lápiz
a un lado, observando a la italiana con una expresión
entre cansada y cálida; notaba cómo su compañera
apretaba los labios, frustrada, repitiendo en voz
baja palabras que se le escapaban.
。.゚‡ ⌝ ─────ㅤBasta por hoy… –murmuró, su voz suave pero firme, rompiendo el silencio del reloj en la pared—Te estás forzando demasiado, niña. –se levantó despacio, estirando los hombros, y fue hasta la ventana. Con el dorso de la mano apartó el vaho del cristal, dejando ver la calle cubierta de nieve bajo la luz anaranjada de los faroles. Giró apenas el rostro hacia ella, con una media sonrisa—Ven. Vamos a caminar un rato… el inglés puede esperar un poco, ¿No? –
Tomó su abrigo y el de la menor, agitando el suyo
con un leve gesto para invitarla a hacer lo mismo.
Salieron del departamento, el sonido de sus pasos
resonando en el pasillo vacío del edificio.
El ascensor tardó en llegar; mientras esperaban,
Lunelle miró de reojo a la chica, notando las ojeras,
el cansancio, y algo que le apretó el pecho.
Cuando por fin descendieron y las puertas del lobby
se abrieron, una corriente de aire frío las recibió de golpe.
La de cabellos azulados soltó una risa breve,
auténtica, antes de empujar suavemente la
puerta de vidrio hacia la calle.
。.゚‡ ⌝ ─────ㅤPrometo que no iremos lejos… solo quiero que respiremos un poco. –
Las luces de los faroles se reflejaban en la
nieve recién caída, y desde aquel rincón del barrio
residencial, el murmullo lejano del tránsito se
confundía con el viento. Caminaban una al lado
de la otra, las manos hundidas en los bolsillos,
dejando huellas frescas en la acera. La mayor la
miraba de reojo, como si aquel instante (tan simple,
tan real) fuera lo más valioso que aún podía
permitirse conservar.
misericordious
† ──── Nadie... / comenzó, su voz era un hilito quebrado por la emoción. ──── Nadie me había besado antes. / tragó saliva, luchando por formar las palabras correctas, las que llevaban el peso de su alma. ──── Mi madre... me odiaba. Mi padre... no lo conocí. Mi familia... me llamó "monstruo".
Sus dedos temblorosos se elevaron, no para rascarse,
sino para tocar sus propios labios, como para confirmar
que lo que acababa de suceder era real.
† ──── Tú... / Sus ojos se llenaron de lágrimas que, por primera vez, no eran de dolor, sino de una abrumadora, aterradora esperanza. ──── Tú... Tú me has mostrado que puedo existir. ¿Y ahora... ahora me pides que ame?
Una lágrima escapó y trazó un camino helado por
su mejilla. Con un temblor incontrolable en toda su
figura, Lia extendió su mano, la que aún llevaba la
venda sucia y húmeda, y la posó sobre el pecho de
Lunelle, sobre el lugar donde latía su corazón.
† ──── Prométeme... / suplicó, con una urgencia desgarradora. ──── Prométeme que no me dejarás. Que no me convertiré en otro de tus juguetes rotos. Que... que tú también eres mía. Si me lo prometes... / añadió, su voz ganando una firmeza que no conocía que poseía. ──── ...entonces mi "sí" no es solo una palabra. Es todo lo que soy. Es todo lo que tendré jamás.
Y en sus ojos, Lunelle podría verlo: no era solo
aceptación. Era una entrega total. Lia no solo le
estaba dando su consentimiento; le estaba
entregando los últimos fragmentos de su corazón,
confiando en que Lunelle, la diosa de la destrucción,
supiera cómo sostener algo tan frágil sin pulverizarlo.
@bloodthirstytaste
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misericordious
La negación de Lunelle, suave pero firme, fue
el primer escalón hacia un precipicio desconocido.
"No has hecho nada mal". Las palabras, tan simples,
se clavaron en lo más hondo de Lia, disolviendo
una tensión que llevaba años acumulando.
Cuando la mano cálida de Lunelle envolvió la suya,
deteniendo el ansioso ritual de rascarse las vendas,
sintió que el suelo cedía bajo sus pies. No era el frío
lo que la hacía temblar, sino esa ternura deliberada,
tan ajena a todo lo que conocía.
La súplica disfrazada de orden, ese "Ven aquí...",
la dejó sin aliento. Permitió que el brazo de Lunelle
la guiara, su cuerpo moviéndose con la torpeza de
un autómata. Cuando sus rodillas casi se rozaron,
Lia pudo ver su propio reflejo, pequeño y asustado,
en las profundidades carmesí de aquellos ojos.
El mundo se redujo a ese espacio, a la nieve cayendo
en cámara lenta, al sonido de su propia sangre corriendo en sus oídos.
Y entonces... el beso.
Fue como un relámpago en la oscuridad de su existencia.
No hubo pensamiento. Solo sensación pura.
El contacto fue breve, pero suficiente para incendiar
cada neurona, para borrar por un nanosegundo toda
memoria de dolor. Fue un contraste brutal: la tibieza
de los labios de Lunelle contra el frío glacial que siempre
llevaba dentro. Fue contención donde ella solo conocía
descontrol. Fue un fuego que no quemaba, sino que limpiaba.
Cuando Lunelle se separó, Lia permaneció inmóvil,
jadeando levemente, sus labios aún hormigueando
con el eco del contacto. Las nubes de su aliento se
mezclaban en el espacio reducido entre sus rostros.
Lentamente, como si despertara de un trance, alzó
la mirada. Ya no había miedo en sus ojos opacos.
Solo una incredulidad absoluta, tan profunda que
rayaba en el dolor.
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bloodthirstytaste
。.゚‡ ⌝ ─────ㅤEscúchame bien… –su voz era baja, como si compartiera un secreto prohibido—No te quiero asustada cada vez que sonríes. No te quiero pensando que me molestaste sólo por existir. –sus dedos rozaron la mejilla de la italiana, trazando la línea fría que había dejado su mano vendada—Quiero estar contigo. Como pareja. –sus palabras fueron un filo envuelto en terciopelo—¿Te parece bien? –
La nieve empezó a caer un poco más densa, como
si el invierno contuviera el aliento alrededor de ellas.
Lunelle esperó. No por falta de confianza…
sino porque quería verla decirlo.
Quería escucharla. Quería sentirla elegirle…
aunque una parte más oscura en su pecho,
muy al fondo, sabía que podría moldear
ese “sí” si lo necesitaba.
Pero no esta vez.
Esta vez quería la respuesta más sincera de Lia.
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