Perdí a mi compañera de aventuras.
Deje tantas promesas de garrita sin cumplir.
Ahora jamás voy a verla volverse loca en sus quince, nunca voy a poder regalarle un auto para sus dieciocho, ni verla irse con su pareja. No voy a poder llorar como un bebé cuando ella orgullosa me muestre su diploma de la primaria, secundaria y universidad.
Ya no soy el hada de los dientes o papa Noel.
Ya no soy nada.
Lo perdí todo y me culpo por ello cada día de mi vida.
Como fui tan idiota? Como es que tuve que enterarme que mi hija estaba en el hospital, con fractura craneal a través de un compañero del trabajo? Había estado tan ocupado en mis cosas que no había visto mi celular, pude haber estado con ella.
No voy a olvidar jamás como se me helo la sangre. Me dio un ataque de pánico.
Verla ahí en una camilla, peleando por su vida. La esperanza golpeando mi pecho al ver que podía mover un dedo de su lado izquierdo, el dolor al ver el lado derecho de su cuerpo totalmente paralizado.
Mi corazón se rompió en mil pedazos cuando la escuché llorar, me pedían que la calme pero como podría hacerlo? Ella estaba tan asustada, aterrada. Lo veía en sus ojos rojos por el llanto.
Peleó con todas sus fuerzas, se que lo hizo, y también se que donde sea que este, está esperando por mi.