XXI-VI-MMXVIII
No solo cerró la puerta y todas las ventanas, destruyó todo, quedaron escombros y se dedico a barrer las cenizas de aquel incendio. Y sí, lo hizo SOLA, bueno no sola, ¿Quién hubiera podido limpiar tal desastre?. Tuvo ayuda divina, el mismo Dios la sostuvo. Entendió que eso no fue amor, entendió que merecía algo mejor, se enamoró locamente de ella, de repente sé encontró, y se dio cuenta que era perfecta, no, no sin errores, sino que pese a que le dejaron devastada sonreía mas que antes, ya no habían escombros, de hecho ni la primavera de Hakodate tenia tan bellos jardines como aquel que al fusionarse la divinidad y ella habían creado. Y estaba libre, en todo su esplendor, sino hubieran cicatrices parecería que ni aun el viento la tocó antes. Y así, le conoció, llegó el, pero ella tiene miedo; regar y cuidar ese jardín fue sacrificio, dolor y lagrimas. Pero ella es fuerte y valiente, no le tiene miedo al fracaso, si es verdad la incendiaron pero ella convirtió esas cenizas en poderoso fertilizante, ¿y si él es quien esperaba? juntos harían un paraíso, así que ahí le veo, nuevamente abre las puertas sin miedo, porque ella piensa que vale, que él vale, y no no vale la pena, él vale la vida.