Detrás de cada sonrisa hay un laberinto cuestionándose todas las incertidumbres por las que un alma ha de pasar, inseguridades que agobian, preguntas que no tendrán respuestas, silencios que lo dicen todo, palabras que no dicen nada, pero detrás de todo esto hay un alma inquietante que le interesa buscar su felicidad, luchar por sus sueños contra caminos de tropiezos con clavos, piedras y obstáculos y a pesar de todo continuar su viaje, aprendiendo de los momentos más alegres como los instantes de soledad son cruciales para encontrar su destino.

Que lo obvio es obvio. Que andar solo vale para caerse y caerse para levantarse y de ahí otra vez al suelo. Que si pierdes a alguien es porque ya lo has tenido y si ya no lo tienes es porque no valía la pena. Que en verano hace calor y en invierno, frío. Que llegar a lo más alto significa que después vuelves a lo más bajo. Que si llegó de casualidad se fue de casualidad. Que si estás sonriendo es porque has llorado. Que lo imposible es solo poco probable. Que lo bonito no tiene razón de ser. Que eres lo que demuestras. Que el aparentar lo es todo. Que la crítica dirige. Que lo que buscas no lo encuentras. Que cuando realmente decides arriesgar, pierdes. Que engañarte solo vale para frustarte. Que si quieres, no es seguro que puedas, pero es más probable. Que el aire está ahí pero no lo ves. Que el tiempo pasa y tú puedes estar una vida sintiendo lo mismo. Que correr cansa. Que lo mismo aburre. Que lo evidente no permite negación. Que lo perfecto acaba no siéndolo. Que todo se acaba y que un final, jamás será feliz.  Te quiero.