No era fan de One Direction pero me parece surreal la situación, puedo cerrar los ojos y volver al momento en que anunciaron su separación, las lágrimas de mis amigas en el instituto, así como la ilusión que sentían al imaginar el regreso de la banda, en una década he visto consumirse y nacer artistas pero jamás me acostumbraré a verlos desaparecer para siempre.
El mundo es cruel, los fans somos despiadados, poco empáticos, caprichosos pensando que su vida es nuestra, cuando solo les pertenece a ellos, las vidas que directamente se ven afectadas por sucesos como el de Liam, nosotros que no tenemos un reflector encima todo el tiempo seguiremos nuestras vidas y en unas semanas o meses será un recuerdo amargo y trágico, pero no nos quedamos sin un padre, sin un amigo, sin un hijo.
Y me enoja, me enoja que el mundo esté tan jodido como para odiar a alguien que solo se dedica a cumplir sus sueños y compartirlos con el resto del mundo, cuantos artistas lo han vivido una y otra vez y solo se está al pendiente de ellos cuando fallan, se equivocan; Sus constantes gritos por ayuda terminaron en tragedia.
Toda una generación está conmocionada por este infortunado evento, nos queda orar al cielo, respetar su memoria, dejar el morbo a un lado y regalar una palabra de ánimo a los chicos; Eso me hubiera gustado que pasara con Miley o Taylor, que de un modo u otro se enterasen que no estaban solas como pensaban, que no todo el mundo las odiaba.
Probablemente este texto se pierda entre tantos otros y no suelo hacer este tipo de actos, pero algo asi no se puede ignorar, no es justo perder más vidas por el egoísmo, la empatía no tiene costo alguno para carecer de ella.