sun__kiyoharu
Hace ya un tiempo que había conocido al peculiar chico en aquél parque, mismo que se había convertido en su ‹ zona de reuniones › dado que todos los días se juntaban allí a jugar. Ahora no era distinto, después de volver de la escuela se cambió rápidamente el uniforme, sin molestarse en acomodar la sucia ropa que vestía. Buscó en los cajones de su mesita de noche algo importante, moviendo objeto tras objeto hasta dar con unos pequeños billetes de no gran cantidad, pero lo suficiente como para comprar algún bocadillo para comer.
Una sonrisita tiró de sus labios al pensar en comprar algo para ambos, tal vez un helado o alguna bolsa de papitas fritas. Sin perder más el tiempo salió corriendo del orfanato, despidiéndose de la cuidadora antes de dirigirse hacia el parque; buscando con la mirada al jovencito. Parpadeó ligeramente y realentizó sus pasos cuando no divisó el cabello gris de su compañero de jugo, una expresión de confusión y tristeza se formó en su rostro.
──── ¿Será que no quiere jugar hoy y por éso no vino? tal vez está cansado. ──── Murmuró débilmente para sí mismo, agachando la cabeza y apretando el dinero en su pequeña palma, guardándola dentro de su bolsillo con un pequeño ceño fruncido. Sin embargo, giró su rostro al oír una voz llamarle, su rostro se suavizó y sus ojos brillaron una vez más ante la presencia del niño.
──── ¡Han! ¡pensé que no vendrías! ──── Con voz alegre responde al llamado, corriendo hacia él con una amplia sonrisa en sus belfos.
sun__kiyoharu
⎯⎯⎯⎯⠀¿Te parece bien tener ésa? si no te gusta puedo cambiarla por la mía, es que este color es mi favorito. ⎯⎯⎯⎯⠀Murmuró con algo de vergüenza en baja voz, pues desde que conoció al chico su ser se apoderó de él y muchas cosas que le recordaban a él se volvieron sus favoritas de un día para otro. ⎯⎯⎯⎯⠀Está bien, Han, cualquier cosa que me traigas me gustará, no te esfuerces demasiado. ⎯⎯⎯⎯⠀Admite con dulzura, abriendo sus ocelos con sorpresa cuando siente el suave tacto del peli-gris al colocar aquél mechón tras su oreja, su pálida piel comenzó a tornarse de un hermoso carmesí, la temperatura de sus pómulos subiendo rápidamente como jamás en su vida lo había hecho.
•
Reply
sun__kiyoharu
Bajo el tacto de sus dedos, sintió como las mejillas del mayor se calentaban con intensidad, el rubor carmesí en su rostro provocaron que un destello en sus ocelos se hiciese presente una vez más al contemplar lo bello que se veía de ése modo. Se preguntaba si ésa era su misma expresión cada vez que Han hacía algo por él, por más pequeño que fuese el gesto. Sus pulgares acariciaron de arriba a abajo sus pómulos, brindándole consuelo y cariño como si tratase de resolver su malestar con su amor, esperando que de una u otra forma funcionase.
Se sintió enormemente feliz al notar como el mayor se dejaba guiar por él hacia la vitrina, toda su tristeza se esfumó con aquélla simple pero encantadora mirada que siempre le brindaba, misma que hacía latir su corazón y que sus piernitas temblaran de emoción por alguna extraña razón que desconocía, no sabía si era normal del todo ya que nunca jamás le había ocurrido algo como aquello, pero si era Han... no le importaba en lo más mínimo.
Con un débil ‹ ¡ujum! › responde al salir de sus pensamientos, buscando con la mirada la sección de las paletas para cumplir con la suave demanda del niño a su lado. Miró detenidamente las opciones que tenía, suspirando pues ninguna tenía lo que él quería, buscaba algo más... mágico, como algo que estuviese hecho sólo para ellos dos. Y así fue como sus ojitos dieron con unas paletas de peculiares colores que jamás había visto; sabía que ésas eran las elegidas.
⎯⎯⎯⎯⠀Compraré éstas, ésta será para ti y ésta será para mí, me recordaron a nuestros ojos, jamás las había visto y no sé que sabor serán... pero son las elegidas para nosotros. ⎯⎯⎯⎯⠀Tomó con cuidado ambas paletas, una de un tono azul claro como el de los ocelos de Han y otra de una tonalidad más oscura, como los grandes orbes marinos de Haru. Le entregó la última al mayor, quedándose él con la que le recordaba a la cautivadora mirada del más alto.
•
Reply
sun__kiyoharu
Siguió dando vueltas por las vitrinas donde presentaban los diversos caramelos al público, tratando de adivinar cuál de esos azucarados postres querría su tan querido amigo. Su emoción se apagó de un momento a otro al oír el malestar del mayor, sus ojos se cerraron tan solo un poco con tristeza y una notable preocupación se reflejaba en sus azulejos. Con cuidado soltó su mano, llevando ambas palmas a los pómulos impropios para así acunar su rostro, jalándolo suavemente hacia abajo para que quedasen frente a frente.
Su expresión gritaba preocupación al igual que tristeza, odiaba ver a su amigo de ese modo, le hacía sentir de una forma que no podía describir, como si su dolor fuese su dolor. Sólo quería hacerle feliz, ser él quién le hiciera reír por el resto de su vida y permanecer juntos por siempre y para siempre. Quizá no eran amigos hace mucho, pero la conexión que sentía con el chiquillo era única en el mundo.
⎯⎯⎯⎯⠀ Han... ¿estás bien? ¿te duele mucho? déjame comprarte un caramelo al menos, trabaje muy duro para conseguir este dinero y quiero gastarlo en nosotros. ⎯⎯⎯⎯ Sus deditos acariciaron las mejillas del de hebras grisáceas, ladeando la cabeza mientras le veía directamente a sus ojos, hablándole con éllos y perdiéndose en su mirada.
Dio un pequeño paso hacia atrás, tomando sus manos entre las suyas y entrelazando de nueva cuenta sus dedos; mostrándole una pequeña sonrisa antes de continuar.⎯⎯⎯⎯⠀¿Puedes hacerlo por mí? elige algo, por favor, lo que tú quieras, no importa si gasto todo el dinero en éso, si no tienes hambre puedes comerlo después.
Dicho éso, sin soltar sus manos recorrió los dulces presentados junto al infante, mostrándole todo lo que ofrecían, esperando que esta vez si aceptase su regalo, ese regalo que tanto deseaba darle. No entendía por qué se sentía así, pero sentía que con él estaba bien, era algo que solo el mayor despertaba en su pequeño cuerpo.
•
Reply