Me acaban de quitar el destellito de esperanza que me quedaba.
Siento que mis sueños fueron pisoteados, mi futuro desapareció y todo mi ser quedó devastado, no solo el mío, también el de cuentos de venezolanos jóvenes igual que yo. Mis amigos están destruidos, todos sabemos lo que nos espera y lamentablemente ya no seremos una sola promoción.
Me duele mi papá, quedó devastado por el resultado y yo no sé cómo mirarlo a la cara y decirle que me generó que ir, que aquí no tengo futuro.
Todavía le tengo fé a María Corina, ella me transmite seguridad, todo toma su tiempo.
Palabras de una venezolana rota, no expresa ni la mitad de lo que estoy sintiendo, impotencia.