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Rusia, una fuerte nación reconocido mundialmente como una potencia, igualmente un poderoso enemigo contra Estados Unidos de América, el autodenominado número uno y héroe del mundo.
A pesar de ser tan poderoso, para su desgracia siempre estaba solo y no podía cambiar la situación, todos temian de él por su aspecto y por su poder, solamente podía relacionarse con sus hermanas, las cuales prefería evitar.
Su rutina diaria era simple, estar al pendiente de sus ciudadanos, acatar las órdenes de su líder y ya.
También, mensualmente tenía junta mundial, así que era la única forma de convivir con sus compañeros sin que éstos fueran obligados a estar con él por ser tan repudiado.
Debido a esto, siempre estaba solo, nadie quería tener lazos con él que salieran de lo comercial y era muy frustrante ya que el solo gustaba de repartir amor.
Ser una nación era hartante, un castigo que el no le desearía a cualquiera.
La soledad era hartante, en momentos así, le gustaría simplemente desaparecer, disolverse y desaparecer del mapa.
Hace poco, un compañero de solo 50 años, Hutt River, un travieso chico que nadie reconocía como compañero murió al integrarse nuevamente a Australia por petición de su líder.
Cuando se entero, sintió una enorme envidia sin pensar en cómo estaría aquel, el solo quería morir a fin de cuentas.
Con este pensamiento en mente, se sentó en su silla, tomó un trago de vodka y espero paciente, quizás...La tercera guerra mundial se adelantaría.