Tengo la teoría de que quienes aman el arte son solo seres sensibles que buscan expresarse huyendo desesperadamente de algo que no se puede ver; lo que sienten, lo que reprimen, lo que duele, para no ahogarse ni agobiar a nadie, transformar el dolor en algo que cause admiración, felicidad y demás emociones positivas es un don que a las almas rotas se les da de forma natural.
Quienes escribimos quizá no con mucho talento, pero con sangre de nuestras heridas más profundas en lugar de tinta y usando el corazón en lugar de las manos… me pregunto cuántas palabras apiladas en bonitas formas bastarán para llenar los espacios vacíos en nuestro interior, cuántos párrafos serían suficientes para consolar nuestra soledad, cuántas letras más seremos capaces de reunir para hacernos compañía. ¿Acaso alguna vez seremos leídos por alguien que pueda conectar con nuestras emociones? ¿Nos alcanzará la vida para contar todo lo que hemos superado por nuestra cuenta? Quizá nos falten testigos de lo que hicimos con nuestro tiempo o quizá alguien o algo escondido en alguna dimensión que no conocemos ha estado observando desde lejos, quizá no estamos tan solos como nos sentimos o quizá es lo que me gusta pensar para consolar mi mente.
No seremos jóvenes para siempre, no perteneceremos a este mundo de los vivos para siempre, la vida es dura y fugaz pero aún así, al igual que muchas otras almas melancólicas… desearía poder dejar un rastro de mi corta estancia en este planeta.
05/08/2025