un par de días habían pasado desde aquel suceso, ahora debía de ocultar la marca en su piel colocando sobre ella un parche supresor, sabiendo que sí se descubría la preguntarían quién había sido, y era más que evidente que no podía siquiera decir que un paciente lo había hecho; mucho menos uno como samuel. el personal del hospital había bajado drásticamente a partir del virus, a pesar de que ya había sido eliminado en su mayoría, aún faltaban pacientes en recuperación y los doctores todavía tenían licencia. por culpa de ello su trabajo se había duplicado &. con ello, no tenía tiempo para ir a visitar al chico.
luego de una agotadora jornada de trabajo camina hacia su oficina, quitándose la bata y prendiendo la luz, dando un pequeño salto hacia atrás cuando nota la presencia de alguien dentro, y no cualquiera, sino, la de su alfa.─── ¿samuel? dios mío, sabes que no puedes estar aquí, vas a meterte en problemas. ───dio un suspiro, cerrando la puerta antes de caminar hacia él.