natto96

          	
          	                                   
          	"No vayas al Leteo ni exprimas el morado
          	acónito buscando su vino embriagador;
          	no dejes que tu pálida frente sea besada
          	por la noche, violácea uva de Proserpina.
          	No hagas tu rosario con los frutos del tejo
          	ni dejes que polilla o escarabajo sean
          	tu alma plañidera, ni que el búho nocturno
          	contemple los misterios de tu honda tristeza.
          	Pues la sombra a la sombra regresa, somnolienta,
          	y ahoga la vigilia angustiosa del espíritu.
          	
          	
          	                                   
          	Pero cuando el acceso de atroz melancolía
          	se cierna repentino, cual nube desde el cielo
          	que cuida de las flores combadas por el sol
          	y que la verde colina desdibuja en su lluvia,
          	enjuga tu tristeza en una rosa temprana
          	o en el salino arco iris de la ola marina
          	o en la hermosura esférica de las peonías;
          	o, si tu amada expresa el motivo de su enfado,
          	toma firme su mano, deja que en tanto truene
          	y contempla, constante, sus ojos sin igual.
          	
          	
          	                                 
          	Con la Belleza habita, Belleza que es mortal.
          	También con la alegría, cuya mano en sus labios
          	siempre esboza un adiós; y con el placer doliente
          	que en tanto la abeja liba se torna veneno.
          	Pues en el mismo templo del Placer, con su velo
          	tiene su soberano numen Melancolía,
          	aunque lo pueda ver sólo aquel cuya ansiosa
          	boca muerde la uva fatal de la alegría.
          	Esa alma probará su tristísimo poder
          	y entre sus neblinosos trofeos será expuesta."
          	

natto96

          
                                             
          "No vayas al Leteo ni exprimas el morado
          acónito buscando su vino embriagador;
          no dejes que tu pálida frente sea besada
          por la noche, violácea uva de Proserpina.
          No hagas tu rosario con los frutos del tejo
          ni dejes que polilla o escarabajo sean
          tu alma plañidera, ni que el búho nocturno
          contemple los misterios de tu honda tristeza.
          Pues la sombra a la sombra regresa, somnolienta,
          y ahoga la vigilia angustiosa del espíritu.
          
          
                                             
          Pero cuando el acceso de atroz melancolía
          se cierna repentino, cual nube desde el cielo
          que cuida de las flores combadas por el sol
          y que la verde colina desdibuja en su lluvia,
          enjuga tu tristeza en una rosa temprana
          o en el salino arco iris de la ola marina
          o en la hermosura esférica de las peonías;
          o, si tu amada expresa el motivo de su enfado,
          toma firme su mano, deja que en tanto truene
          y contempla, constante, sus ojos sin igual.
          
          
                                           
          Con la Belleza habita, Belleza que es mortal.
          También con la alegría, cuya mano en sus labios
          siempre esboza un adiós; y con el placer doliente
          que en tanto la abeja liba se torna veneno.
          Pues en el mismo templo del Placer, con su velo
          tiene su soberano numen Melancolía,
          aunque lo pueda ver sólo aquel cuya ansiosa
          boca muerde la uva fatal de la alegría.
          Esa alma probará su tristísimo poder
          y entre sus neblinosos trofeos será expuesta."